Para el Ministerio de Educación y las consejerías autonómicas del ramo publicar tus trabajos científicos o didácticos en Internet sin cobrar nada a cambio no tiene ningún mérito. Solo vale si lo haces en papel y distribuyes tus producciones en librerías comerciales. Eso es lo que ocurre al menos cuando los profesores nos presentamos a un concurso de méritos para obtener un traslado o para promocionar de puesto de trabajo. Independientemente de su calidad, cuatro páginas en papel y puestas en venta te dan muchos más puntos que todo el material didáctico que puedas colgar en Internet para que cualquiera se lo descargue gratuitamente. Bueno, en realidad, por esto último no te dan nada. Y luego quieren que el profesorado se suba al carro de las Nuevas Tecnologías.

Ante tanto menosprecio, un grupo de profesores y profesoras de todo el país ha iniciado una campaña de recogida de firmas para pedir a las administraciones educativas que valoren como es debido el mérito de los docentes que a diario trabajan en los mundos digitales para evitar que en esto de la Sociedad de la Información estemos también a la cola de Europa. Ya que para estar al día tenemos que pagarnos nuestros propios equipos y programas informáticos, las carísimas conexiones ADSL y demás inventos tecnológicos para luego poder formar a los alumnos en el uso de las tecnologías de la comunicación como los nuevos tiempos demandan, que al menos nos valoren un poco todo el conocimiento que producimos y difundimos a través de Internet en beneficio de compañeros de profesión y aprendices del oficio. Porque, además, tampoco cobramos derechos de autor la mayor parte de las veces.