Esta semana he decidido llevarme mi ordenador de casa al instituto. Hace ya casi tres semanas que en el aula de informática se estropeó el del profesor y yo lo uso a diario en Psicología y en Transición. Ya no basta con costearte la conexión a internet, con pagar de tu bolsillo el alojamiento de tus blogs y páginas web. Ahora también hay que llevarse el equipo informático, porque no hay un triste ordenador portátil que pueda reemplazar al averiado mientras lo reparan. ¿O sí que lo hay pero a mí no me lo quieren dejar? ¿No habré hecho suficientes méritos?

¿Qué vendrá después?. Y eso que, como decía Alejandro, vivimos en el país de las maravillas.