Hoy por fin me ha visto un traumatólogo. Una semana después del pequeño percance que tuve con la moto. Me ha enviado a la ortopedia para que me coloquen un aparato que me inmoviliza la rodilla mucho más que los ridículos vendajes que he tenido hasta hoy.

La rodillera en cuestión me cuesta 72 euros, aunque el Sacyl (servicio de Salud de Castilla y León) me financiará la mitad. Lo curioso del caso es que si hubiese elegido una compañía médica privada en lugar de la sanidad pública que ofrece la misma empresa para la que trabajo, entonces Muface -la mutualidad de funcionarios- me abonaría la totalidad de los gastos. O sea, que una entidad que se ocupa del bienestar de los empleados públicos da más prestaciones a aquellos que optan por los servicios privados. Y esto te lo aclaran rápidamente por teléfono otros funcionarios como tú para que te sientas un imbécil por creer en el sector público.

Porque claro, ha tenido que ser por teléfono. El servicio "Muface le atiende" a través de Intenet solo me funciona con I-Explorer, que también para esto hay que favorecer a la empresa privada.